Crear y usar una pieza única promueve la diversidad e individualidad. Esta visión reemplaza el anonimato de los productos hechos en masa con la marca de un producto hecho con las manos propias de un artesano, que forja una unión más humana entre el portador y el creador.
El famoso joyero alemán Hermann Jünger fue uno de los pioneros de esta idea. Él no veía al orfebre como un simple maestro que creaba los diseños de sus clientes sino como el mismo diseñador y creador. Huía de lo convencional y veía al artesano como “el hombre que combina las dos grandes posibilidades humanas- pensamiento y acción- en una sola profesión creativa”.
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